Lugar ambientado en el siglo XIX. La verdad un lugar que hacía contraste con lo que era Tokio, pero como era de esperarse, el local daba un toque de gracia para aquellos que quisieran atenderse ahí, ya que jovenes vestidos de dulce sirvienta y con una sonrisa, podían animarle el día como llevarlo a los dulces placeres de la imaginación.
Kaoru miro el local con agrado y mientras se servía una taza de café, dio cuenta que necesitaría gente, así que apenas termino lo suyo y pago, se fue.